Vuelta a casa.... Guate Express!

La vuelta desde Livingston a Antigua fue una aventura digna de Pekín Express.

Livingston solo tiene acceso en barca. No hay carreteras. Es decir, que o sales en barca o no te vas.

La noche anterior quedamos con un lanchero en que nos vendría a buscar a una zona determinada del puerto. Pactamos precio, hora... vamos, lo normal. Íbamos con el tiempo justo: estábamos a unas 9 horas de Antigua (teníamos que volver a casa de la familia que nos acogió las dos primeras semanas porque nos guardaban mochilas) y a la madrugada siguiente salía el vuelo de vuelta a España. 
Pues bien... al día siguiente el lanchero no dio señales de vida lo cual supuso entrar en crisis porque nos quedábamos atrapadas en Livingston siendo que teníamos que volver hasta la otra punta del país porque si no perdíamos el avión.

Había un par de lancheros que nos llevaban por un dineral (se dieron cuenta de que necesitábamos salir de allí). Pillamos un cabreo monumental y nos pusimos a discutir con ellos. En estas que un montón de gente nos hizo corro en el puerto (éramos las únicas guiris del lugar)... en fin... que nos vimos sin salida y al cabo de mucho rato y en un ataque de... "de aquí nos vamos sí o sí" nos montamos en el primer ferry público que salió rumbo a Puerto Barrios, lugar al que ni por asomo nos habíamos planteado ir porque suponía dar un rodeo considerable: ¡cambio de ruta!

mochileras viajeras llegando improvisadamente a Puerto Barrios
 (aunque salgamos sonriendo pasamos mal rato) Comienza la contrareloj!

Puerto Barrios es otro pueblo costero del Caribe... lo bueno es que de aquí sí había salida por carretera. Nada más desembarcar y con el tiempo más que justo corrimos hasta la estación de buses para coger "el que fuese" que nos dejase cerca de Antigua. Solo había una opción y suponía llegar solo hasta Ciudad de Guatemala, ese lugar del que toda la gente local que conocimos nos decía que ni se nos ocurriese pisar porque nos jugábamos el tipo (es uno de los lugares más peligrosos de Centro América).

No nos quedaba otra, era nuestra única opción. Antes nos quisimos cubrir las espaldas y desde la estación de buses llamamos a un teléfono que llevábamos de una agencia de viajes local de Antigua para pedirles que en Ciudad de Guatemala nos estuviese esperando un taxi. Nos aseguraron que vendría... aunque después de todo lo que nos había pasado no estábamos nada convencidas de que apareciese.

Así que rápidamente nos subimos en el bus rezando para que en Ciudad de Guatemala hubiese alguien esperándonos! Afortunadamente al poco de llegar (muuuy mal rollo por las calles de esa ciudad,vaya tela!) encontramos al taxista y huimos literalmente de allí.

Llegamos a Antigua muy de noches, pero LLEGAMOS!!! Pudimos hasta dormir un poco, hicimos maletas y de madrugada.... al aeropuerto!

Todavía con sobrealiento aun nos dio para echarnos unas risas y presumir de los bolsos de wipil comprados en Chichicastenango.

Hasta siempre Guate!

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